Un campesino de Medreiga (aldea de Hungría), llamado Arnold-Paul, fue
aplastado por un carro cargado de heno. Treinta días después de
su muerte, cuatro personas murieron súbitamente, de la misma forma que
los que son atacados por vampiros. Se recordó entonces que Arnold-Paul
había contado a menudo que, en los alrededores de Cassova, en la frontera
de Turquía, le había acosado un vampiro turco; pero, como
sabía que las víctimas de los vampiros se convertían a
su vez en vampiros después de la muerte, había encontrado el medio
de curarse comiendo tierra del vampiro turco y frotándose con su sangre.
Se presumió que si este remedio había curado a Arnold-Paul, no
le había impedido convertirse a su vez en vampiro. En consecuencia, le
desenterraron para asegurarse de ello y, aunque llevaba inhumado cuarente días,
encontraron que el cuerpo estaba sonrosado; advirtieron que los cabellos, las
uñas y la barba se habían renovado, y que las venas estaban llenas
de una sangre fluida.
El magistrado del lugar, en presencia del cual se realizó la exhumación
y que era un hombre experto en vampirismo, ordenó hundir en el corazón
del cadáver una estaca puntiaguda y atravesarle de parte a parte; lo
que fue ejecutado enseguida. El vampiro lanzó gritos espantosos e hizo
los mismos movimientos que si hubiera estado vivo. Después de lo cual
le cortaron la cabeza y le quemaron en una gran hoguera. A continuación
le hicieron sufrir el mismo tratamiento a las cuatro personas a quienes Arnold-Paul
había matado, por temor a que se convirtieran tambíen en vampiros.
A pesar de todas estas precauciones, el vampiro reapareción al cabo
de algunos años; y en el espacio de tres meses, diecisiete personas,
de distintas edades y sexo, perecieron miserablemente: unas sin estar enfermas,
y las otras después de dos o tres días de abatimiento. Una joven
llamada Stanoska, después de haberse acostado una noche en estado de
perfecta salud, se despertó en medio de la noche, temblando, lanzando
gritos horribles y diciendo que el joven Millo, muerto desde hacía nueve
semanas, había estado a punto de estrangularla mientras dormía.
Al día siguiente, Stanoska se sintió muy enferma y murió
después de tres días de padecimientos.
Las sospechas recayeron sobre el joven muerto, y se pensó que debía
de ser un vampiro. Le desenterraron, le reconocieron como tal y le ejecutaron
en consecuencia. Los médicos y cirujanos del lugar investigaron cómo
había podido renacer el vampiro al cabo de un tiempo tan considerable,
y después de mucho indagar, descubrieron que Arnold-Paul, el primer vampiro,
había atormentado no sólo a las personas que habían muerto
poco tiempo después que él, sino también a varias bestias
cuya carne había comido gente que moría poco despúes, y
entre otras, el joven Millo. Reanudaron las ejecuciones y encontraron diecisiete
vampiros, a quienes les atravesaron el corazón, les cortaron la cabeza,
les quemaron y arrojaron sus cenizas al río.
Estas medidas acabaron con el vampirismo en Medreiga.
Comentários:
Publicar un comentario