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"Der Vampir" [The Vampire] (1748) by: Heinrich August Ossenfelder

My dear young maiden clingeth 1 
Unbending, fast and firm 2
To all the long-held teaching 3
Of a mother ever true; 4
As in vampires unmortal 5
Folk on the Theyse's portal 6*
Heyduck-like do believe. 7**
But my Christine thou dost dally, 8
And wilt my loving parry 9
Till I myself avenging 10 
To a vampire's health a-drinking 

Him toast in pale tockay. 12***

And as softly thou art sleeping 13
To thee shall I come creeping 14 
And thy life's blood drain away. 15
And so shalt thou be trembling 16
For thus shall I be kissing 17
And death's threshold thou' it be crossing 18
With fear, in my cold arms. 19
And last shall I thee question 20
Compared to such instruction 21
What are a mother's charms?

The Giaour por Lord Byron


But first, on earth as Vampire sent,
Thy corpse shall from its tomb be rent:
Then ghastly haunt thy native place,
And suck the blood of all thy race;
There from thy daughter, sister, wife,
At midnight drain the stream of life;
Yet loathe the banquet which perforce
Must feed thy livid living corpse.
Thy victims are they yet expire
Shall know the demon for their sire,
As cursing thee, thou cursing them,
Thy flowers withered on the stem.



La Metamorfosis del Vampiro

La mujer, entretanto, de su boca de fresa,
Retorciéndose cual una serpiente sobre las brasas,
Y estrujando sus pechos en la cárcel de su corsé,
Dejó correr estas palabras impregnadas de almizcle:
"Yo, yo tengo los labios húmedos, y conozco la ciencia
De perder en el fondo de un lecho la antigua conciencia.
Yo enjugo todas las lágrimas sobre mis senos triunfantes,
Y hago reír a los viejos con risa de niños.
¡Reemplazo, para el que me ve desnuda, y sin velos,
La luna, el sol, el cielo y las estrellas!
Yo soy, mi sabio querido, tan docta en voluptuosidades,
Cuando ahogo un hombre entre mis brazos temidos,
O cuando abandono a sus mordeduras mi busto,
Tímida y libertina, y frágil y robusta,
¡Que sobre estos acolchados, desmayándose de emoción,
Los ángeles impotentes por mí se condenarían!"

Cuando hubo de mis huesos succionado toda la médula,
Y yo lánguidamente me volví hacia ella,
Para devolverle un beso de amor, ya no vi más
Que un odre con los flancos viscosos, ¡todo lleno de pus!
Cerré los dos ojos, en mi frío espanto,
Y cuando los reabrí a la claridad viviente,
A mi vera, en lugar del maniquí pujante
Que parecía haber hecho provisión de sangre,
Temblaban tan confusamente restos de esqueleto,
Que ellos mismos producían el sonido de una veleta
O de una muestra, al extremo del vástago de hierro,
Que balancea el viento durante las noches de invierno.

Charles Baudelaire              

El Vampiro



Tú que, como una cuchillada;
Entraste en mi dolorido corazón.
Tú que, como un repugnante tropel
De demonios, viniste loca y adornada,

Para hacer de mi espíritu humillado
Tu lecho y tu dominio.
¡Infame!, a quien estoy ligado
Como el forzado a su cadena,

Como al juego el jugador empedernido,
Como el borracho a la botella,
Como a la carroña los gusanos.
-¡Maldita, maldita seas tú!

Supliqué a la rápida espada
Que conquistara mi libertad
Y supliqué al pérfido veneno
Que sacudiera mi ruindad.

¡Ay! el veneno y la espada.
Me desdeñaron diciéndome:.
-No eres digno de que se te libere
De tu esclavitud maldita.

-¡Imbécil! -Si de su dominio
Te libraron nuestros esfuerzos,
Tus besos resucitarían
El cadáver de tu vampiro.

Charles Baudelaire.                            

 
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